El papel de la policía en las sociedades contemporáneas debe ser cuestionado, y el sociólogo Alex S. Vitale ofrece en «El Final del Control Policial» la posibilidad de abrir espacios de conversación en torno a cómo queremos organizar nuestras comunidades. A pesar de centrar su crítica en el modelo estadounidense, la obra de Vitale ofrece al lector lecciones y herramientas útiles para el análisis de las estructuras de poder que refuerzan y legitiman el control policial en su propio contexto nacional.
Las imágenes de cargas policiales contra manifestantes pacíficos son solo la punta del iceberg de la naturaleza violenta de una institución cuyo principal rol es defender los intereses de un sistema que es, valga la redundancia, violento e injusto. Los debates sobre el rol de la policía han abandonado la marginalidad y han dejado de ser temas reservados a organizaciones de la izquierda radical, especialmente articulados al otro lado del charco a través de movimientos como Black Lives Matter. Los modelos actuales de control policial están basados en la coerción, la violencia, el encarcelamiento y el castigo. Con esto en mente, el sociólogo estadounidense Alex S. Vitale ofrece una respuesta radical: la abolición total del aparato policial en su ensayo El final del control policial (Capitán Swing, 2021). Aunque esta abolición, a priori total, del aparato policial se va diluyendo progresivamente y matizando a lo largo del ensayo.
La estructura del libro gira en torno a la problemática del control policial en diferentes contextos y temáticas tales como la criminalización de las personas sintecho, la vigilancia en escuelas y fronteras, o el trato hacia personas con trastornos mentales. Sin embargo, el libro es a veces víctima de su propia estructura, dando la impresión de ser una crítica del control policial en determinados contextos en lugar de un argumento a favor de la abolición de la policía como institución en su totalidad. Esta estructura se vuelve especialmente problemática en los capítulos que Vitale dedica a la prostitución y las drogas. El autor ofrece argumentos solidos en contra de la criminalización de la prostitución y el consumo de drogas, sin embargo, a menudo desacredita o desprecia buenos argumentos contra la legalización total de ambas. Además, trata posiciones abolicionistas y prohibicionistas como sinónimos teóricos, a menudo mezclándolos al gusto. Al mismo tiempo, Vitale adopta una posición al respecto profundamente liberal, más inocentemente idealista que emancipadora. El autor parece ignorar, por ejemplo, que una posición abolicionista frente a la prostitución no es incompatible con defender el fin de la persecución policial de las mujeres que la ejercen, ni con una mejora de las condiciones materiales de estas mujeres mientras se avanza hacia un escenario de disolución. Esto es especialmente llamativo teniendo en cuenta que la base argumentativa del libro es, precisamente, abolicionista respecto a la policía, sin que esto suponga que sea imposible realizar reformas que mejoren las situaciones de control policial en el camino a la abolición.
En el caso de las drogas ocurre algo similar. El libro propone un escenario de legalización absoluta que ignora los efectos del consumo y la drogodependencia sin importar su estatus de legalidad. Se utiliza el ejemplo de la mala legislación sobre el consumo de drogas como argumento para su legalización, algo que merece dedicar más espacio del que se le ofrece. Sin embargo, el capítulo dedicado al control de las drogas sí ofrece un análisis fantástico, en perspectiva histórica, de cómo el control sobre las drogas ha servido en EEUU para articular mecanismos de control y opresión sobre sectores de población concretos: negros y asiáticos primero y latinos después.
Es posible que cuando Vitale deja de lado la estructura temática y ofrece un análisis transversal en perspectiva histórica el libro se vuelve más disfrutable. El segundo capítulo, «La policía no está aquí para protegerte», ofrece un extraordinario repaso del contexto social y las condiciones materiales que propiciaron la aparición de los cuerpos modernos de policía, enfoque que replica en la segunda mitad del décimo capítulo para hablar del control policial en la política. Es una pena que el análisis materialista apenas salga a relucir en estos capítulos y en la conclusión del libro. El autor es claramente consciente de las relaciones entre el capitalismo y el control policial, y el rasgo definitorio de los cuerpos de policía como defensores del orden económico y político capitalista.
«La cultura estadounidense está organizada en torno a la explotación, la codicia, los privilegios de los blancos y el resentimiento, elementos que proceden, en su mayor parte, de nuestro sistema económico, pero incluso los cambios económicos más profundos no pueden producir automáticamente cambios culturales positivos, al menos de la noche a la mañana».
Abordar solamente de forma tangencial las relaciones entre la superestructura económica y las relaciones sociales que emanan de ella puede que sea algo deliberado, y que tenga la intención de hacer la tesis principal del libro más accesible y atractiva a un público que no está familiarizado con los postulados marxistas.
A raíz de esto aparece otra cuestión necesaria de abordar en una reseña escrita desde España. El final del control policial centra la totalidad de su crítica en Estados Unidos y, por lo tanto, muchas de las prácticas y ejemplos que aparecen a lo largo del libro son ajenas al contexto de quien lo lee fuera de sus fronteras. Esto resulta evidente cuando Vitale utiliza el ejemplo de otros países como argumentos a favor de su postura, como el caso de Países Bajos y la legalización de la prostitución, lo que termina empujando al argumento a favor de la abolición de la policía, de ambición universalista, a ser esclavo de su propio contexto nacional, y tiene problemas a la hora de establecer una hoja de ruta que trascienda fronteras. Por lo tanto, debemos leer las tesis de Vitale teniendo en cuenta que el control policial, su militarización y la opresividad del aparato judicial son mayores que en Europa. Esto no hace menos relevante su lectura, pero obliga al lector a hacer un esfuerzo crítico de traslación, a sabiendas de que muchas de las críticas que se hacen del aparato policial no son fácilmente extrapolables al caso español, y que al mismo tiempo ignora muchas de las problemáticas específicas de nuestro contexto nacional como la existencia de CIE’s o los centros de menores.
El final del control policial abre la oportunidad de cuestionar el rol de la policía (y de la estructura de poder que forma junto al aparato judicial y las prisiones) en un lenguaje sencillo y directo. El libro despierta interrogantes que a veces no es capaz de responder y, sin embargo, quizá resida aquí su gran potencial: el de incentivar una conversación en torno a cómo queremos mediar las relaciones en nuestras comunidades, qué es legítimo y de dónde emana esa legitimidad.
La elección de traducir y editar estas entrevistas podría parecer obvia, pero no por ello menos acertada ni desprovista de desafíos, muchos de ellos resueltos con solvencia. Otros, muy dependientes de cómo se medirá la actualidad de las palabras de Chomsky con el resultado final del conflicto.
Ani Pérez encuentra con este libro la manera de esclarecer las dudas y las confusiones que existen en los procesos de cambio que estamos viviendo en el sistema educativo. Lo hace escribiendo un libro que ella misma reconoce que hubiese criticado hace unos años.
Tras varios años de pandemia que han desmovilizado considerablemente al movimiento climático, se hace necesario repensar las estrategias y las tácticas políticas que deben ponerse en marcha para evitar el desastre planetario. Andreas Malm nos invita con audacia a considerar el boicot de las infraestructuras de la economía fósil como parte fundamental del ejercicio de presión que el movimiento tendría que ejercer sobre unos gobiernos sumisos ante el colapso climático.
Este libro es una oportunidad maravillosa para conocer la situación real de las personas trans, para acercarse a escuchar a quienes están en las situaciones más vulnerables. Shon Faye ha realizado entrevistas y recopilado información para conseguir esto, de forma que se trata de un análisis y no de unas memorias.
La filósofa Carolina Meloni (Tucumán, 1975) busca sacudirnos examinando el potencial emancipador de nuestros sueños. Aunque encontramos un texto en el que Meloni se abre a aquellas que leemos, la interpelación en sus páginas es a un sujeto colectivo.
Arrollados por la ola cibernética, no tratan de negar ni oponerse al claro espíritu de su época como otros aburridos miserabilistas, pero tampoco se imbuyen en ella de manera acrítica, como muchos otros posthumanos que no supieron ver el claro anacronismo que supondría en el futuro la excesiva identificación con su tiempo.
En algún momento de la película, fruto de un diálogo entre personajes que no recuerdo, hay un enunciado que llamó especialmente mi atención y que hace evidente la pérdida del sentido de autoridad que recorre el argumento: «antes, podías estar encerrado en una habitación con el enemigo y mirarle a la cara. Ahora, el enemigo está en el aire».
Con un esmero encomiable, Bravo hilvana los hilos malditos de la historia, los personajes de los márgenes, entre diseñadores olvidados y vikingos del siglo XX, amantes despechados y terroristas ajusticiados en sus celdas.
El nacionalpopulismo es una respuesta con sólidas razones históricas a la crisis de un sistema, pero tiene un parentesco con el mismo sistema al cual se opone, tanto en su origen, como en su destino.
Marvel se ha convertido en un dispositivo privilegiado para medir las diferentes vertientes y rasgos de la imaginación cultural y política actual, pues, muy lejos de ser mero entretenimiento, ha logrado atraer a millones de personas en todo el globo a partir de una serie de mitos y elementos narrativos que dicen mucho de cómo el mundo se piensa a sí mismo y, en concreto, como se piensa en relación con su propio contexto histórico.
La biografía aquí reseñada podría ser leída como una suerte de aplicación práctica de la «Ética», un estudio de caso demostrado según el orden historiográfico en lugar del geométrico: la vida y obra de Spinoza como el efecto resultante de una enorme cantidad de causas incidentes que el autor documenta con una rigurosidad pasmosa.
«Debemos elegir qué relato contar. Si preferimos la inevitabilidad de capitalismo y la falibilidad del progreso o, por el contrario, si optamos por el deseo del progreso y la accidentalidad del capitalismo» Xandru Fernández
A partir de conversaciones con diferentes lectores y lectoras, Zafra construye de forma epistolar un ensayo pausado, ágil de leer y que vuelve a poner encima de la mesa la situación cada vez más insostenible de la industria cultural y sus trabajadores.
Los discursos que podemos leer en este libro pueden ser entendidos cómo una llamada a la acción, un aterrizaje concreto que además no obedece a un orden vertical, sino que es fruto del debate dado por las organizaciones que integran el EMMP.
Una teoría tan sofisticada como la de Laclau bien necesitaba una introducción. Antonio Gómez Villar se propuso suturar esta brecha, tres años más tarde, con la publicación de «Ernesto Laclau i Chantal Mouffe: populisme i hegemonía» (Gedisa, Barcelona, 2018), una obra que encuentra un calculado equilibrio entre la divulgación y la información teórica.
Si nos preocupa nuestro presente, si queremos plantear un horizonte alternativo al capitalista que nos lleva a la extinción, debemos tomar muy en cuenta las preguntas, explicaciones y enseñanzas que Antonio Antón nos ofrece a través del gigante Gargantúa.
Bastani presenta un escenario de crisis multidimensional que hoy se enfoca sobre todo desde la perspectiva de la escasez y la desigualdad y cuya propuesta hegemónica es aumentar los sacrificios para, en el mejor de los casos, vivir en un declive más suave.
En el estudio de Hochschild, su estimación sobre las horas empleadas por las mujeres entre trabajo productivo y reproductivo es de quince horas extras a la semana más que los hombres, lo que supone una doble jornada, en toda regla.
Estamos ante un ensayo impecable, que consigue hacer sencillo lo complejo, exponiendo y explicando términos que van desde la teoría psicoanalítica lacaniana hasta las multiplicidades de la teoría queer, pasando por la teoría feminista.
¿Qué es estar enfermo? ¿quién define la enfermedad? ¿cuáles son sus límites? ¿qué relación guarda la enfermedad con nuestro cuerpo? Estas son algunas de las preguntas que atraviesan el libro «La emancipación de los cuerpos».
En sus páginas no solo hay un Fisher diferente, hay uno de los mejores Fisher. El contenido del curso que Mark había diseñado tenía un objetivo claro: abandonar la vaguedad que parece rodear un término como “Post capitalismo”.
¿Por qué se habla de Estado español y se rechazan los símbolos oficiales de España? ¿Por qué leemos tanto a Balzac o a Dickens y tan poco a Cervantes y Galdós? Santiago Alba Rico nos da algunas posibles respuestas en este libro.